Qué linda ingenuidad, que tiernos bajo el sol, qué ganas de vivir el tiempo con el mar, tú y yo.
Aquel abrazo de ayer que cuelga en mi cuello, hace que descubra el latido de mi corazón hoy.
De tu mirada nació mi ilusión. Mi inocencia dijiste querer compartir.
Sentiré la vida de tu mano, prométeme no soltarme, que la soledad me da miedo. Pero nunca digas siempre.
Te regalo mi orden y mi desorden. Te regalo mi norte y mi horizonte; mis historias y mi mejor sonrisa.
Perdóname por mis mil contradicciones entiéndeme con mis mil locuras; que tan sólo son la mitad más una de las que te he visto yo hacer.
Me llenas de luz, haces que me sienta grande, me bajas las estrellas y me subes a la luna, Me desbaratas, me salvas. Ahora será más fácil saber por dónde avanzar.
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