Y si me preguntan por él diré que tiene esa sonrisa tan especial que provoca la mía. Diré que no es tan sólo la cara más bonita que haya acariciado jamás, es también la persona más maravillosa que haya besado jamás. Es el corazón más bueno que haya tenido la oportunidad de conocer jamás. Diré que es esa persona con la que quiero dormirme cada noche entre abrazos, tras conversar sobre qué tal nos fue el día. Es la persona con la que quiero despertar cada mañana, mirarle y pensar: qué bonita es la vida, amor.
En él yo me pierdo; y si algún día no me encuentras búscame donde yo me sienta yo, done me emborrache de felicidad más y más cada día. Por eso, búscale a él, que allí también estaré yo. Porque él es el refuerzo positivo de mi felicidad, mi descubrimiento más sorprendente, mi lugar favorito en el mundo.
Y si algún día él se va, dile que no se olvide de mí; de nuestras risas (en ocasiones generadas por sandeces), de nuestros viajes, de nuestras caricias, de nuestras reflexiones... que no se olvide de que no he vivido con nadie lo que hemos vivido juntos; que a pesar de haber querido antes a otros hombres, no he querido a nadie de la forma en la que nosotros lo hacemoos. Él es mi pecado. Yo soy su delito.
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