domingo, 13 de noviembre de 2016

# Te idolatré

Te tengo que confesar algo. Cada noche me duermo pensando en ti y cuando me despierto eres mi primer pensamiento, mi primera motivación. El motivo más importante, por el que cada día me prometo luchar, es una vida a tu lado. Y eso empezará por compartir contigo un hogar. Porque donde tú estés, esa será mi casa, mi cobijo. Porque quiero pasar de pensarte antes de dormir a dormirme abrazada a ti. Porque quiero notar que estás al otro lado de la cama, girarme y sentir tu respiración, mirarte mientras pienso: qué bonita es la vida si te tengo a ti.

Cada minuto que estoy contigo me doy cuenta de que haberte encontrado es el mejor regalo que me ha podido hacer el mundo y la vida y por eso prometo cuidarte para no perderte jamás. Porque en tus besos encuentro mi razón de ser, en tu sonrisa uno de mis placeres más dulces y en tus abrazos mi lugar favorito del mundo. Porque si tú me lo permites, no quiero separarme de ti nunca más.

Quiero compartir contigo todos mis triunfos y alegrías y animarte cuando las cosas pinten feas. Te amo, no hay otra razón, no hay más motivos que la felicidad que me aporta el amarnos así.


Has sido capaz de cerrar todas mis heridas, de aceptar mi pasado y hacerme crecer para el futuro, un futuro juntos que será maravilloso.

TE AMO . TE IDOLATRÉ.

-NOTA DE LA AUTORA: Escribí este texto cegada por el mito del amor romántico. Amor no era lo que sentía. Era falta de empoderamiento . Me induje a creer que era amor. Lo confundí. Crecer no es coartar, no es vetar acciones. Amar tampoco lo es. Ahora lo sé, es lícito aprender a través de vivir experiencias. Aprendí. Ahora sé que no te amé, simplemente te idolatré.-

jueves, 25 de agosto de 2016

# Hasta el infinito y más allá.

Extender las alas y volar. Tocar las nubes y desde el cielo pensar que nada puede ir mal. Dejarse llevar y soñar. Libertad inundan mis venas, libertad es la filosofía en la que confío.

Actúo por impulsos, sentimientos que me guian. Vuelo alto y respiro. Nunca olvido lo que me hace tener los pies en la tierra. Y confío. En mí, en mis valores y principios, en aquello por lo que respiro. Pero caminar siempre al ras del suelo es aburrido, quiero mirar el mundo con perspectiva, brillar desde mi destino y vivir mi camino.

Quiero volar entre sonrisas y reir hasta que se me desgasten las comisuras. Quiero llorar de emoción y abrazar sin condición. Quiero volar hasta el infinito y más allá.



jueves, 30 de junio de 2016

# Necesito no temer el no poder.

No sé por dónde empezar...En realidad, si me paro a pensarlo, el haber leído lo que he escrito desde enero antes de escupir en estas líneas lo que sea que llevo dentro, puede haber sido el primer paso. Un primer paso que tal vez diga mucho, al fin y al cabo vuelvo a buscar un sentido a mi ser y estar. Lo necesito. Como un pez necesita el agua para respirar. Y yo me ahogo, incluso en un vaso de agua.

No quiero, quiero, puedo, necesito y debo. Esto es lo último que estoy rumiando desde hace tiempo. A la vez que mis dedos marcan las teclas de las letras que forman esas palabras, por dentro se me arruga el alma. La siento como los dedos de un niño tras todo el día metido en la piscina. Mi alma está "arrugadita" porque mi interior es una piscina de emociones, que de hecho, me inunda  a ratos. Es curioso; mi piscina me ahoga y yo no estoy decidiendo si me baño en ella o no, ella me está bañando constantemente y yo me limito a aguantarlo. Aguantar, creo que me he cansado de ello. Aguanto mis preocupaciones, mis nervios, mi confusión, mi cansancio, mis cambios de humor, mis dificultades, mis manías, mis rencores... y todavía tengo que aguantar los aires de grandeza de algunas personas. No entiendo que las personas que algún día fuimos grandes amistades hoy ni se molesten en saludarme. Ni un hola ni un adiós, como si no fuera digna de ello, como si fuera escoria social que se merece ser marginada. Aguanto la competición existente entre las mujeres de una familia: quién es más guapa, quién es más rica... Me paso el día oyendo críticas destructivas por parte de unas personas hacia otras, a veces incluso entre personas que se acercan más a ser desconocidas que conocidas. Cuando intervengo con un "¿ya estáis?" o un "no me gusta hablar de esas cosas", tengo que aguantar la respuesta "no, si a mí tampoco, era por hablar de algo". Prefiero que nos invada el silencio si el tema de conversación va a ser "descuartizar mediante la palabra" a alguien, no me interesa.

Aguanto que sean pocas las personas que merecen la pena, aguanto que el mundo esté enfermo y se emplee a fondo en dejar que le siga subiendo la fiebre porque ignora su estado... ¡No aguanto más!

Sólo me interesa estar tranquila, sentir que tengo personalidad y la autoestima en su sitio. Quiero poder decir "no" sin sentirme mal, sin aplaudirme por haber sido capaz de ello; quiero que sea algo integrado en mi ser. Quiero avanzar, mandar al carajo el qué dirán porque yo sepa lo que digo y eso sea lo único que me condicione. Quiero dejar de sentirme observada y juzgada por ser yo la que me juzgo cada día. Necesito respetarme tanto como respeto a los demás. Necesito sentirme bien conmigo misma, tan bien como me siento cuando estoy acompañada. Necesito estar sola y no temer, necesito no temer el no poder.






domingo, 10 de enero de 2016

# Mil sonrisas efímeras.

Desde que nuestra pompa de cristal se rompió he sonreído entre mil bocas. Quería esta libertad que en tantas ocasiones he añorado pero cada noche se repite la misma historia. Cada noche ruego en silencio el mismo deseo a distintos cuerpos: ¡quiéreme! A ti te pedía libertad cuando lo único que sabías era amarme y ahora que soy libre le pido a todo aquel que no sabe amar, que lo haga. ¿Qué es lo que me ha pasado contigo? ¿Qué es lo que me está pasando conmigo misma? Me pierdo en mí misma y cada día un poquito más. Es verdad que sabía que no sería fácil pero suponía que me reencontraría con mi esencia. A lo mejor debo darme cuenta de que soy esto?, ¿un alma pretendiendo libertad pero mendigando amor cada vez que se presenta la ocasión? No quiero ser esto.

He sonreído entre mil bocas desde que lo nuestro se quebró pero ninguna se ha quedado para volverme a hacer reir.

Tirada en la cama preguntándome hacia dónde pretendo ir, recuerdo las veces en las que me hacías cosquillas para verme sonreir. Tantas veces te echo tanto de menos... o... ¿tantas veces echo tanto de menos los momentos que me regalabas...? Han pasado ya casi tres meses y todavía no he encontrado la respuesta a esta pregunta, todavía sigo sin emcontrarme. Pero mientras tanto, sigo sonriemdo entre mil bocas, mientras tanto voy aspirando los restos de amor simulado que voy coleccionando para calmar mi ansia de besos y caricias, mis ansias de te quieros. Mientras tanto, beso mil sonrisas efímeras.