
Me paro a pensar y me invade la melancolía pero sé, con demasiada certeza, que todo es como debiera de ser, que lo que se fue es porque no debía quedarse y que lo que se quedó, permanece porque no debía marcharse. El viento se llevó, lleva y llevará todo aquello que está de más, todo aquello que tanto puede llegar a pesar. Deja que el viento sople, disfruta de su susurro, estremécete con sus caricias y no olvides que aquello que es polvo, un soplo lo aleja.


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