miércoles, 12 de marzo de 2014

# Nada es lo que tengo claro.

Con mucho que gritar y pocas ganas de aguantar. Con mucho por vivir y pocas ganas de seguir.

Vacía, triste y desorientada, como siempre que regreso a este rinconcito marcado por la sinceridad y el destape del alma. Teniéndolo todo y a la vez nada. Ahogada por las dudas, los miedos y el pasado que recuerdo.

Harta de asumir cambios y nuevas etapas que no conducen a nada. Nada de lo que pretendo. Pretendo vivir y nada. Nada es lo que tengo. Tengo el alma cansada. Cansada de lo que pienso. Pienso y no quiero. Quiero felicidad, quiero libertad, quiero tranquilidad, quiero soñar. Soñar es elegir. Elegir un caminar. Caminar hacia la luz. Luz que ha de brillar. Brillar al despertar. Despertar de la oscuridad. Oscuridad que reina aquí y allá. Allá acabaré. Acabaré tirada en el mar intentando respirar. Respirar la vida que se me va. Va para no volver. Volver para responder. Responder a lo que me ahoga en el mar. Mar de dudas. Dudas y más. Más perdida que nunca. Nunca me logro escapar. Escapar de mi misma. Misma historia otra vez. Vez que fatiga una vez más. Más que suspirar. Suspirar para poder avanzar. Avanzar para poder reir. Reir y nada más.

Podría seguir y no acabar porque ni yo me logro animar. Siempre logrando escuchar lo que mi corazón decía. Pero ya no dice nada. Decidió dormir. Dormir para no sufrir. Pero ahora despertó la razón y esto es un no parar. Que me indiquen el camino porque mi brújula ha perdido el norte y no sé a dónde ir ni a dónde voy. Necesito un destino para reanimar el alma y el corazón. Sin ellos no hay viaje y sin viaje no hay nada.
Nada es lo que tengo claro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario